Extraños en el Paraíso

“La experiencia es simplemente el nombre que le damos a nuestros errores” (Oscar Wilde)


Y ya llevo un año aquí…inevitable no hacer un balance de todo y darme cuenta de lo dura que es la experiencia, aunque no me quejo, conste en acta.

En un año muchas cosas han cambiado pero lo que ahora más me ocupa es ver qué hago con el resto del tiempo que me queda en Australia y sobretodo, con el que vendrá después.

De esto ya me he desencantado totalmente. Al principio pequé como todos, de ingenuo, creyendo que por venir a probar iba a conseguir un visado de esos que te hacen la vida más fácil y que luego podría decidir si me quedaba o no. Que podría viajar por Australia y además ahorrar dinero…nada de eso. De hecho, si lo hubiera sabido, seguramente no hubiera venido.

Mi experiencia es la de haber gastado todos mis ahorros en visados, en venir y en vivir aquí y la de trabajar por encima de mis posibilidades en cosas que hace 10 años no me hubiese importado trabajar pero que hoy, después de un año perdiendo salud en trabajos no cualificados, espero no tener que repetir nunca más.

Es un sentimiento de pérdida total, los cursos de inglés me sirvieron para mejorar relativamente pero en sí no me sirven de nada porque tampoco quiero quedarme; el de business es sólo un requisito de inmigración para poder seguir aquí. A eso sumo un año de indecisiones y pérdidas por cuestiones también al margen de Australia, un año en el que ahora estoy trabajando para poder recuperar todo el dinero perdido invertido.

La zanahoria y el burro

Australia es, a mi modo de ver, un país “trampa”. En un mundo donde el dinero marca tus posibilidades, Australia se posiciona en este momento de la Europa de la crisis como un sueño dorado. No es nada recomendable para quienes estamos de paso y con restricciones por ser un lugar donde es difícil llegar, quedarse e incluso irse.

Emigrantes indios, asiáticos y de los emiratos árabes, niños de papá del resto del mundo se pasean por Melbourne full on. Jovencísimos, sus adineradas familias les han pagado la carrera y la estancia para que no tengan que preocuparse de nada, consumen sin parar en lo que para ellos es la idea más cercana de occidente que pueden tener por el momento. Una vez más, es imposible no ver que el éxito en Australia es también cuestión de clase social.

Europeos con Working Holiday Visa que se pasan uno o dos años trabajando full-time y que no han gastado nada para venir en comparación con lo que gastamos los que tenemos visa de estudiante (no pagan cursos). Estos se divierten haciendo dinero y viajando, Australia es un país de vacaciones para ellos. Además, muchos tienen, por su sistema educativo, un mejor nivel de inglés por lo que, al poder trabajar full-time, también les es más fácil conseguir visados mejores en el tiempo que están aquí.

Nada de esto es una queja, tan sólo una opinión de alguien que ve a su alrededor a otros que también están de paso pero que vienen con todo a favor.

Hasta entonces

Lo dicho, que voy a curarme en salud. Quiero recuperar el dinero invertido (y perdido) para no irme de aquí además de confundido, sin un real, así que me propongo, en los 6 meses que me quedan, trabajar bastante y dedicarme un poco más a mí: hacer deporte, ver a los amigos, y si surgiera la posibilidad, hacer algún viaje. 

Y lo digo así porque esa es otra, viajar por Australia, como el resto de cosas, es también demasiado caro.

Así que para quienes vean en Australia un país de sol, canguros y clases de inglés sólo decirles que sí lo es, pero únicamente si vienen de vacaciones. Habrá otros que cuenten lo fantástico de estar aquí viajando pero hoy en día, escuchando también las experiencias de otr@s español@s, la cosa es bastante complicada.

Ni negativo ni triste, al contrario, realista y positivo de cara a enfrentar nuevos proyectos.


Saludos, a 6 meses para irme de aquí.