La bici que me robaron, la habitación en la que vivo

La habitación en la que vivo está recortada, es un hecho. Hace cien años debió ser una magnífica habitación, amplia y con tres ventanales. Pero la necesidad acucia, las propiedades se venden o se heredan y tocó reformar. A cada sub habitación le pusieron nevera, cocina, armario y cama y las empezaron a alquilar a personajes de distinta naturaleza.


El baño se comparte. En mi caso, con un paisano y con un señor mayor, ya retirado, que paga la habitación con la pensión y a quien no se le conoce familia.

El problema yo lo tengo con la alarma de incendios y la farola de la calle. El primero porque cuando se me queman las tostadas, unas 2 veces a la semana, la alarma salta emitiendo un pitido que convertiría a cualquier ser pacífico en una bomba de relojería. Dura medio minuto y ya nos llevamos mejor.
En una habitación de 3x2 convivimos la alarma, yo y todo el mobiliario que comentaba.

Lo de la farola se medio soluciona con la persiana, pero no del todo. Aquí vivo desde hace mes y medio y aquí me quedaré hasta Marzo, cuando me vaya de Australia. Es menos caro (nada es barato aquí) y está muy cerca del centro.

La otra es que me robaron la bici, con lo segura que es Australia, pero yo creo que me la devuelven, seguro que alguien la ha cogido porque la necesitaba pero en breve me la deja en la puerta de casa.

Lo bueno de todo es que como la habitación es pequeña salgo más y no tener bici en invierno tampoco es tan malo, con el frío que hace aquí. 

Así que los próximos 6 meses alternaré lo de trabajar con lo de viajar, que casi ni me he movido por aquí, con lo grande que es esto.


¿Y después? ¡Quién sabe!